©Aires de Aliste
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Nunca ha permitido definir más la
esencia y el origen de un pueblo que su pasado. Un pasado que siempre es
necesario buscar, acercarse a él, añorar lo bueno, recordar lo malo, preservar
lo necesario.
Un pasado al que cada uno lo mira
a su manera de vivirlo, un pasado que se acaba haciendo presente en el momento
que ha sobrevivido al paso del tiempo. Una selección natural que deja atrás lo despreciable y mantiene lo
necesario.
Y de ahí las costumbres, la
cultura, la tradición oral, musical… algo que pese al paso del tiempo se
transmite de familia en familia, generación tras generación, sin apenas
necesidad de documentación material para perseverar toda esa sabiduría.
Y aquí entra en juego nuestra
historia. Tras años de decadencia en este campo, de desprecio por aquella vida
cruel de hambrunas y penurias, la gente alistana empezó a recordad la parte
buena de aquellos momentos, la parte en la que ponían por medio el olvido de la
sufrida vida cantando, bailando, divirtiéndose entre sus gentes… Y como
añoraban eso….
©Aires de Aliste
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Y sus hijos, sus nietos, que apenas lo habían
conocido, y tan sólo sabían de esas historias gracias a los mayores, comenzaron
a sentir una añoranza, una atracción, un presagio de que necesitaban volver a
tener esos pequeños momentos, una sensación que les impulsaba a difundirlos, a
que todos conociesen eso, a que todos sintieran cómo volvían a sus orígenes, a
que renaciera de nuevo una pasión.
Aliste necesitaba su pasado,
rememorar sus danzas, sus costumbres, sus pasiones dormidas, y que con ellas
regresasen a la memoria todos los que un día también las vivieron.
Fue fácil, en ningún lugar
aquello había muerto del todo, todavía los sonidos y las costumbres dormidas en
ocasiones dispersas se oían dentro de los pueblo, todavía algún emprendedor, de
manera casi oculta había recuperado las esencias necesarias para despertar.
Los pueblos, que eran donde se
mantenía todo ese legado fueron quizá los últimos en despertar, ya que había
sido más tarde el abandono de estas pasiones, y nunca lo tuvieron totalmente
todo por perdido.
Pero despertaron, ¡uy! si
despertaron, tras ver cómo muchos estudiosos y aficionados en este campo ensalzaban
todo aquello que habían vivido, también se vieron participantes en esa pasión.
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Poco a poco, tras nacer Aulas de Aliste y Tras Os Montes (que siempre
ha aportado lo mejor del folclore para aliste), los alistanos sintieron ese
empujón para ser ellos también emprendedores en la cultura alistana. Los
pueblos fueron formando sus asociaciones, sus grupos de danzantes dentro de las
mismas, su día de la comarca, sus encuentros de asociaciones, ese intercambio
de pasado que les hizo crecer y formarse; momentos para reencontrarse, para
disfrutar.
De ahí, y quizás en el momento de
más resplandor, justo en el cumbre, nació “Aires de Aliste”, un año de 1999, un
grupo de personas empezaron a gestar un proyecto, un proyecto en el que los
ingredientes eran la ilusión, la pasión por las tradiciones, el amor por un
pueblo, una comarca… y un 9 de Noviembre de ese mismo año, se hizo oficial: La
asociación Cultural de Danzas y Tradiciones “Aires de Aliste” acababa de ser
fundada.
Un proyecto que creció entre sus
gentes, que difundió sus tradiciones, que hizo suyo un objetivo: luchar contra
el olvido.
Procesos de trabajo, costumbres
perdidas ya, cultura que rebosaba por un tubo. Recuperar las danzas, la
mascarada, quizá eso fuese su obra culmen.
©Aires de Aliste
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Crecer, crecer y pasar generación
tras generación durante estos diecisiete años la esencia de eso que era la
tradición pasada, esa que lo único que cumplía era una labor social:
relacionarse entre todos los que tenían esa misma pasión.
Un camino largo y costoso en el que
también el recuerdo y la pérdida de personas ha estado presente. Momentos en
los que hemos dado camino al recuerdo y no al olvido a esas personas que un día
lucharon junto a nosotros. Manuel, Sabina, Víctor, Feliciana, Manolo… Todos
aportaron la sal y el aceite necesarios a esta labor, y nunca podrán ser
olvidados.
Proyectos y proyectos que han
llevado su nombre fuera de las fronteras, y que ya sea por suerte o por el gran
trabajo realizado, han llegado hasta la actualidad. Una actualidad en que todos
sus miembros seguimos día a día por mantener el legado que nos transmitieron,
por hacer que Aires de Aliste difunda la pasión por su comarca, sus gentes y su
pueblo.
J.S.
J.S.
Me encanta el trabajo realizado por Aires de Aliste. Seguid así.
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