Fue un 1906. Un otoño y un
invierno de aquel año, donde tras la larga jornada de la cosecha veraniega, la
siembra del cereal por “el San Miguel”, y la matanza por “San Martín”, las
gentes de Pobladura vivían días más tranquilos, de mayor descanso; días, en que
más que alimentar el cuerpo para reponer en fuerzas, también era necesario
alimentar el alma y el espíritu, porque en épocas difíciles buena es la música.
El conjunto una navidad el siglo XX |
Aquel invierno de hace 110 años,
Rafael Fernández “Rafaelico” y el gaitero de la localidad, Baltasar Vaquero; entre otros, junto con Don Moisés Pintado, comenzaron a dar
letra y tonalidad a las músicas navideñas que unidos al instrumental, fue la
primera navidad que el pueblo presenció su celebración junto a “Los Chíngueles”.
La palabra “Chingueles” es una
referencia onomatopéyica al conjunto de instrumentos que acompaña a la gaita y
tamboril en los villancicos que se cantan en Pobladura los días de Navidad, Año
Nuevo y Reyes. Un conjunto encabezado por la Gaita y acompañado de la percusión del tamboril,
pandereta, conchas, castañuelas, triángulo… Y que tan sólo en Pobladura se reúne
con la prima esencia transmitida de generación a generación entre los habitantes
de la localidad. De aquí, que solo en este lugar se denomine como “Chíngueles”
a este conjunto.
Década tras década, gaiteros y
párrocos junto con las gentes del pueblo han preservado estas canciones que
desde aquel 1906 siguen en el corazón de todo el pueblo.
Celebración en 2006 del centenario de la música navideña |
Desde muy pequeños, somos sus
gentes instruidas en el valor de estas letras, la capacidad de recordarnos
nuestras antiguas navidades, el sentimiento que provoca, al encontrarse un año
más con esa música. Y quizá por eso hayan llegado hasta nuestros días, por esa bonita forma que tienen de
emocionarnos y celebrar nuestras fiestas.
Un 25 de diciembre que los
esperamos con las manos abiertas, y el pulmón lleno de aire renovado para
cantar. Un 1 de Enero que nos juntamos con los mejores deseos para el año
cantando como nuestros padres y abuelos nos enseñaron. Y un 6 de enero, que
casi con tristeza despedimos los “chíngueles” hasta el año próximo;
eso sí, antes de hacerlo siempre nos queda un “bis” en memoria de todos aquellos que desde la navidad de 1906 hasta el presente hicieron eso posible, y junto a ellos, estén donde estén rememoramos su labor con una flor y un último villancico, con el, que como dice la letra, van a Jesús.
eso sí, antes de hacerlo siempre nos queda un “bis” en memoria de todos aquellos que desde la navidad de 1906 hasta el presente hicieron eso posible, y junto a ellos, estén donde estén rememoramos su labor con una flor y un último villancico, con el, que como dice la letra, van a Jesús.
Con un propósito de mantener esta
costumbre tan especial, la emoción que provoca poder recibir esta gran
herencia, poder volver a escuchar de nuevo otro año “Los Chíngueles”, hacen
cierta cada año la necesidad de volver a casa por Navidad.
Texto: J.S.
Reportaje de su historia por Aliste.Info:
Comentarios
Publicar un comentario
¿Que te ha parecido esta entrada? Comenta tu opinión: