Los
valores inculcados desde la infancia, la formación y el lugar donde convives,
donde creces y desarrollas tus primeros años de vida, hacen que te definas como
persona y como ser, con unas determinadas características. Y ciertos momentos
de esos primeros años, te crean unos recuerdos especiales y únicos que
continuarán en tu memoria durante toda tu vida.
el conjunto una navidad del siglo XX |
Para
los habitantes de Pobladura, esto, entre otras cosas, se plasma en “los
chíngueles”. Pues el conjunto instrumental que acompaña a los villancicos de
las celebraciones religiosas del pueblo, se presencia desde los primeros años
de su vida, hasta su triste final. Y probablemente en ese tramo, al menos una
vez en su existencia, formen parte de ese conjunto.
Haciendo
referencia a la historia, unas navidades de 1906 a 1907, el conjunto,
encabezado por el párroco D. Moisés Pintado, puso sus pies en la iglesia de
Pobladura por primera vez. Y lo hizo dirigido en primer lugar por la gaita, un
instrumento que durante décadas fue elegido por el pueblo para las
celebraciones profanas y propias de las fiestas del lugar, y que a su pesar,
tuvo prohibida la entrada en los recintos sagrados durante años.
El
añadir la gaita a las celebraciones religiosas hace aparecer en el folclore
varias tonadas solo dirigidas por este instrumento como son los toques de
“alzar y gloria”, reservados para partes concretas de la misa.
Este
conjunto supone un hito en la historia del pueblo en lo que a música se
refiere, pues el párroco del lugar, permite la entrada de un gran grupo
instrumental. Y lo hace apoyado de las gentes del pueblo, y quizá de los más
influyentes. Pues en la localidad han
sucedido una serie de acontecimientos nefastos en los que la población se
siente débil y desquebrajada, y la música y la fe pueden ser las estrategias
escogidas por los promotores para llegar a unir de nuevo al pueblo.
Junto
al párroco, el gaitero Baltasar Vaquero, con ayuda de Pedro Vega y el Sacristán
Rafael Fernández, probablemente con ayuda de otros sacristanes como Andrés
Bazal, Santos Vega o Marcelino Pérez, personas también influyentes en la
localidad. Ellos son los que durante el año 1906 comienzan a constituir las tonadas
y letras de esas canciones, muchos de ellas existentes ya y cantadas por las
gentes de Pobladura, pues partes de sus letras aparecen en villancicos de toda
la geografía castellana.
A
ellos y a la gaita, fueron añadiendo el acompañamiento instrumental formado por
tambor, triángulos, castañuelas, conchas, almirez, botella de anís y guadaña,
entre otras. Este gran conjunto, sabiamente dirigido hizo que esa navidad
cambiase la forma de celebrar las pascuas.
Desde
entonces el vínculo de estas tonadas con los habitantes de Pobladura ha sido
fuerte, y su historia ha pasado generación tras generación entre las familias
del lugar, haciendo que durante 11 décadas no quede navidad sin oír el sonido
de “los chíngueles”.
Año 2016 parte del grupo de "Los Chíngueles". |
Un
amplio repertorio que ha conseguido concentrar a más de un centenar de
personas, sabiendo con el paso del tiempo mantener esta costumbre que nació un
invierno de hace 110 años en Pobladura de Aliste.
Un
patrimonio cultural que las personas del pueblo han transmitido hasta la época
actual definiendo una forma de ser y sentir la Navidad. Y que en el año 2006,
la Asociación Cultural “Aires de Aliste” en la celebración del centenario del
conjunto, decidió incluir como una de las costumbres a mantener y difundir, añadiendo
en su archivo gran variedad documental en lo que a “los chíngueles” se refiere.
Para
Pobladura y sus habitantes, el valor cultural y sentimental que aporta este
conjunto hace que año tras año sea necesario volver a casa para escuchar de
nuevo la música de navidad.
J.S.
Puedes leer más en los siguientes enlaces:
Comentarios
Publicar un comentario
¿Que te ha parecido esta entrada? Comenta tu opinión: